Sábado 31.12 - la crónica

Almorzamos con David en Burger King. Luego tomamos el 60 desde Av. Santa Fe hasta La Horqueta. Casi se me escapa el famoso "cuánto negro que hay acá" que es marca registrada de Marc en el Distrito Militar La Plata, pero no, me aguanté. Casi una hora de viaje y finalmente llegamos a la quinta. Pierdo la apuesta: yo aseguraba que Silvinita venía a eso de las 19 y ya está, descargando el bote con Nina a cuestas.

Los chicos tomaron posesión de la casa ayer Viernes y el dueño es ex-militar del Opus con 6 hijos y pensá en su cara si supiera que hay 3 gays comiendo a su mesa.
Claro que la casa se venga a su manera: la PC de Arián no anda así que Matías baja sus dos iPods para conectar al equipo y que haya música. El iPod Nano no anda porque sin querer instaló mal los drivers del otro iPod; el iPod Video de 30 Gb está congelado, tratamos de revivirlo con un reset pero no da signos de vida. No queda otra que conectar la Mac. Suerte que Matías está super techie.

El descanso del guerrero tecnológico.

Llegan María, Nico y Javi y ya somos 12. Bueh, 13 si la contamos a Nina, y 14 si contamos a Pipino que tiene fecha para Agosto.

Fer y Caro (Pipino aún no visible).

Nina juega bajo la no tan atenta mirada de flipper PFH.

Comemos temprano, tipo 22 hs, un menú preparado por David y Silvina: entre otras cosas, carnes, cous-cous, papas con crema, y una ensalada bautizada "Lujuria verde con setas". Y tinto, champán, caipirosca...

Y dieron las doce y comenzaron los rituales para el nuevo año: tocarle el culo a Matías, y dar la vuelta a la manzana para viajar. Este año no enviamos papelitos con deseos al cielo porque no hay globos aerostáticos (o como sea que se llamen esos globos tipo los de los Hermanos Montgolfier. Te maté con este dato).

Tocada de culo ritual. Luego habrá tele-beam porque la cara de
Matías es al menos sospechosamente muy alegre.
El dedo de Arián creo que sigue incrustado en la próstata.

Pero resulta que la vuelta a la manzana es prácticamente inviable: ya el año pasado era larga en City Bell, este año parece que es aún más lunga y uno de los tramos pasa al lado de la colectora de la Panamericana así que improvisamos vuelta a la rotondita que queda ahí nomás de la entrada al barrio privado.
Igual llevamos bebestible champú por si nos daba sed.

No sé si Lucas entendió lo de llevar un bolso vacío como parte del ritual de la vuelta a la rotondita, porque trajo una cartera/bolsete (afano a la madre) tipo la de Joey en Friends.
Su hermano Matías festeja como si estuvieran viendo un Love Parade en NYC.

Lucas y María interceden ante las deidades. Vaya Ud. a saber qué pidieron.

La cuestión es que volvimos en un toque de la improvisada vuelta y Silvinita gritando por la calle "¿Qué somos? ¡Tiburones!". E improvisamos un "dar la vuelta a la pileta para cruzar un océano" porque la vuelta a la rotondita era como poco y no daba ser ladri con eso, que al menos yo me tengo que ir a Dresden en Octubre, che.
No sé porqué pero todo tiene peligro de aparecer en un nuevo acto de Los Susodichos. Inminente estreno. Y queremos nuestro 10% como autores o partícipes necesarios.

Nueva venganza de la casa porque Martino se corta un poco la planta del pie con un vidrio y se va a la cama. Los demás nos quedamos charlando en el parque y luego de mucho debatir llegamos a la conclusión que la vida sexual del hetero es más complicada que la del homo (¡se oyen lanzanis de chanes!). No me preguntes cómo llegamos a eso pero sólo faltaba la opinión de alguna lesbiana.

Y así despedimos el 2005 y dimos la bienvenida al 2006. And that's all I have to say about that.